domingo, 28 de junio de 2015

Obra de Manuel Almonte

jueves, 18 de septiembre de 2014

martes, 8 de julio de 2014

Barquito de papel #8

Ya salió Barquito de papel #8

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Barquito de papel #8
Revista Cultural

lunes, 18 de noviembre de 2013

Ya Salio Barquito de Papel #7 

Revista Cultural de la Fundación Taller de la Cultura manuel almonte

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domingo, 15 de septiembre de 2013

Primera parte de la Entrevista a nuestro artista plástico Manuel Almonte, realizada por el historiador Alfonso Torres para Terraamerica Canal 47.

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http://www.youtube.com/watch?v=pKDjwm1vf4g&list=UU17mqtBT8kLnH4LkRrSY5GQ





  

2da. Parte de la entrevista a Manuel Almonte sobbre Juan Pablo Duarte como artista...

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miércoles, 11 de septiembre de 2013

El Papel de Artista Plástico y su Rol en la Sociedad
                                                                                                                           Por Manuel Almonte

Es impostergable un gran debate sobre el problema de las artes plásticas en nuestro país, donde se puedan dilucidar los orígenes, el presente y futuro de nuestra plástica, así como el papel del artista en el desarrollo de la sociedad.

Tal debate debe ser encabezado por su protagonista primordial: el artista.

Esa discusión debe servir para perfilar el intelecto del artista como creador, explicarse su razón de ser y utilizar sus dotes como iniciativa para insertarse en un mundo como el actual que requiere ser transformado.    

El origen de nuestra plástica no es el resultado de una interpretación consciente de nuestra realidad como pueblo ni siquiera de una lectura mínima como referencia a lo que podrían ser nuestros primogénitos rasgos culturales insertado en lo poco que queda de  aquella remembranza aborigen. De ahí el divorcio del artista con el concepto y fin del arte, divorcio que patéticamente subsiste hasta hoy.

El artista plástico está llamado a ser parte primordial en los afanes del ser humano por avanzar en su desarrollo total y hacia  su razón de ser: reencontrarse con la certeza de su origen.

En verdad, por algo el hombre se expresó en un primer momento mediante dibujos elaborados en las paredes de las cavernas que como morada fugaz usaba en su infinito trajinar. Ese es el hombre que, como dice el poeta, es “eterno peregrino que camina sin rumbo porque nadie le espera”. Pero eso sí, siempre con la utopía como estandarte dirigiéndose a ser protagonista de su propio destino.

En una sociedad como la nuestra, que nos asfixia y nos moldea a su antojo, el artista debe ser parte del mecanismo transformador de la misma, nunca su eco.

Cuando el artista entienda que lo que debe crear es la prodigiosidad de una obra dirigida a ser, por lo menos, insinuadora de cambios es porque a conciencia estará conforme con sus resultados, de lo contrario la echará a la basura volviendo a trabajar sobre el mismo proyecto. Lógicamente, si dicho artista es sincero, y no un costal de falsías.

¡Son tantas las puntualizaciones existentes y tan grande la premura!, que a veces me pregunto: ¿cómo sería el mundo si en realidad pudiésemos englobar el pensamiento en el aire? ¡Como en los cómics! Entonces, de ser así, parecería tener sentido la tesis que se nos vende por ahí como verdad acabada de que si no se escribe (la historia), no se sabría la certeza del pensamiento. Esto es una bellaquería sin sentido, pues, sería lo mismo que ver mi realidad como inexistente, y por ende, jurar que el hombre de la prehistoria tampoco existió, ni el pobre analfabeto, ni usted que quizás pierde su tiempo al intentar leerme. ¡Altanerías!, ¡puras sandeces!, ¡pamplinas filosóficas con fines inconfesables!

El hombre es el único milagro capaz de reproducirse mediante gestos y trazos conscientes que labran caminos como reflejos de lo que inequívocamente anida en su alma.

El artista debe explicarse a sí mismo y a su creación.
El artista no debe ser lectura ajena al conocimiento de su interioridad. Esto ha de ser así, pese a la ignorancia funcional de la crítica y del mercader de artes, siempre aunados para encontrar la testificación contraria y suficiente que pueda desalmar al creador dejándolo a su sometimiento.

Nadie como el artista podrá explicar mejor la obra de arte
Nadie como el artista podrá ser el mejor crítico del arte.

El objetivo primario del artista, si es verdadero, debe ser el dominio total de la técnica y la superación de su nivel cultural e intelectual. Sin estas herramientas bien afinadas nunca podrá ser completa su creación, su esfuerzo será en vano, una perfecta pérdida de tiempo.

Cuando el artista no domina la técnica, traduce crudeza, tosquedad y un intento frió y banal de creación. Es por ello que una obra de arte puede representar la interpretación de un paisaje, una naturaleza muerta o una obra conceptual. Pero lo que un artista debe tener siempre presente en lo esencial de su carrera es no dejar  que su obra perezca al margen de la realidad social.

La temática de la obra de arte puede ser de amor, sicológico, social, puede ser hasta el significado que se le dé a un pozo de agua negra y pestilente. Pero lo que la temática nunca podrá ser la calificación correcta de la obra de arte, sino que esa valoración le corresponde a la  convincente finalidad de comunicar lo que su creador desea.

Si nos remontamos a la época de la caverna, (procurar investigar sobre la cueva de Altamira en Santander, España, la cueva de las Maravillas, en Ramón Santana, provincia San Pedro de Macorís, aquí en Rep. Dominicana, la cueva de Lascaux en Francia) veremos que desde allí el arte sirve como orientador del hombre en sus afanes de subsistencia.

En la caverna el arte no tan solo era usado como ritual decorativo, sino como orientador para la caza de subsistencia. Esto es, el arte fue usado por el hombre primitivo como soporte necesario para su desarrollo. Y así ha venido sucediendo hasta el presente.

Se han encontrados escenas pictóricas en que se nos presentan a  grupos de cazadores en plena labor rodeando a su presa, fuertemente armados con una especie de lanzas y garrotes. Es como si aquellas cavernas se usaran como escuela para el entrenamiento de sus cazadores, además de ser moradas temporera.

Es que el artista de la caverna no se colocó al margen de su realidad para pasar a reducirse en individuo diletante, pues desde ya entendía que no podía ser  un ente individual, sino social cuya existencia no tendría sentido al margen de su entorno y de su disposición como agente de cambio.
El artista, desde la caverna, toma partido ante la necesidad del cambio, mucha veces sin saber las implicaciones, pero solo desde ese pedestal podría reordenar y enriquecer su individualidad y una mejor creatividad.

En nuestro país tenemos grandes artistas que pusieron sus capacidades al servicio de un arte que explicara la realidad de la sociedad y su transformación. José Ramírez Conde (Condesito), Darío Suro, Tomasina Tapia (Sinamon), Manuel Bello Velardi, Frank Almanzar, Asdrúbal Domínguez, Carlos Sanguiovanni  Silvano Lora, entre otros, son los ejemplos más categóricos de una actitud militante en  cuanto la razón y finalidad del arte y sus creadores.

Las cartas están sobre la mesa. Vamos, pues, al debate.   




Nuestro Propósito es:

  1. Llamar la atención al artista sobre la necesidad del dominio técnico y su desarrollo intelectual como precondición para una obra verdadera que perviva en el tiempo.

      2.- Estimular a definir el papel del artista ante la sociedad

martes, 3 de septiembre de 2013

The Beatle, recuerdo de todo una época en cuyo camino se quedaron tantos sueños rotos que matizaron el hoy. Quizás por no concretizar las metas en el pasado tenemos un presente incierto. Es que se quiera, o no, el hoy es consecuencia del pasado.