miércoles, 14 de octubre de 2009

Guillermo Sención Villalona

Carta

Te miro de cerca
Te observo, me conmuevo,
Se aflige mi conciencia.
Te miro, y estás ahí, debajo.
Eres trabajador, conato de artista.
Eres limpiabotas.

Con tu arte
Aprendido en los primeros días de tus sueños,
Cristalizas el cuero, lo pules.
Tu arte hace ese espejo donde puedo palparme,
Mirarme, sonreír, agradecerte.
Te colgaron profesión sobre la espalda.

Tus pies
Tus enormes pies deformes, asimétricos,
Andan sueltos, sin tutor, sin protector.
Tus pies son anchos, dilatados,
Engordaron sin los muros del calzado,
Crecieron con el polvo de la tierra y el asfalto.

Tus ojos
Tan oscuros, como un páramo de noche,
Son redondos como faroles en aviso.
Tus ojos son el espejo de tu existencia,
Tienen la tristeza de una despedida.
Tu expresiva vista quiere hablarme, me interroga.

Y tu piel
Es de concha, es oscura,
Recipiente de vagos insultos.
Tu piel es dura,
Se confunde con las rocas.
Es epidermis de juventud perenne.
Ese sol que ves
Te golpea como el jinete castiga al caballo,
Como el peso del corcel doblega la hierba.
Ese sol que temes, misterioso,
Quemó a tus ancestros en brutal travesía
Donde el mar unió continentes.

A ti
Te envío esta carta, este poema,
Sintiendo que eres hombre siendo niño.
A ti te pido que escondas mis palabras,
Guárdalas en tu corazoncito dolido.
Es nuestro secreto, nuestra confidencia.

Quiero ser
Tu quiromántico y tu consejero.
Cuidarte como custodio de bóveda.
Quiero ser tu profeta y tu oráculo,
Poder guiarte en esta vida de buenos y malos,
Conducirte en este mundo de niños tristes.



Guillermo Sención Villalona
29 de septiembre de 1997.

Guillermo Sención Villalona


ALEJO CARPENTIER o una exploración literaria de América

Por Guillermo Sención Villalona


De plata los delgados cuchillos, los finos tenedores, de plata los platos donde un árbol de plata labrada en la concavidad de sus platos recogía el jugo de los arados, de plata los platos fruteros, de tres bandejas redondas, coronadas por una granada de plata, de plata los jarros de vino amartillados por los trabajadores de la plata, de plata los platos pescaderos con su pargo de plata hinchado sobre un entrelazamiento de algas, de plata los saleros, de plata los cascanueces, de plata los cubiletes, de plata las cucharillas con adornos de iniciales...


Del libro Doce en la literatura dominicana,(*) de la autoría del escritor Guillermo Piña Contreras, extraemos unas declaraciones del Profesor Bosch, que anotamos:

“Estuve pensando, en España, en escribir una novela; en escribir una novela sobre las despoblaciones de Osorio; pero en eso llegó Cien años de soledad y me dije: no, después de esto no me voy a poner en ridículo escribiendo una novela”.

García Márquez ha confesado que llevaba escritas unas cien cuartillas de lo que iba a ser ese relato que tanta impresión causó a nuestro notable narrador, cuando leyó El siglo de las luces, de Carpentier, y su impacto en él fue tal, que seguido echó al cesto lo que tenía y empezó de nuevo.

Nos aventuraríamos a afirmar que lo referido nos ofrece una idea de la calidad de que es portadora esa famosa obra del autor habanero, la que pudo ser abuela de la que Bosch se proponía escribir.

Hijo de un arquitecto francés y de una profesora de idiomas nativa de Rusia, Carpentier (La Habana, 1904-París, 1980) empezó y no finalizó la profesión de su padre. Fue músico (con apenas siete años tocaba preludios de Chopin), musicólogo, periodista, publicista, diplomático, conferencista, organizador de conciertos de música, novelista, cuentista y ensayista; además, fundó el “Grupo Minorista” y lanzó la tesis de Lo Real Maravilloso Americano. Recibió el prestigioso Premio Cervantes, en el año 1978.

Sus textos, totalizadores, se erigen sobre dos pilares sobre los que se sostienen como la más férrea de las pirámides, que son la profunda investigación histórica que les sirve de sostén y una desbordante imaginación; esto marcado por el ritmo de una prosa de sobrado vigor expresivo, contentiva de una adjetivación de poeta.

La temática de sus novelas se enmarca en lo más hondo de esa extraordinaria epopeya que ha sido la vida de la multirracial América caribeña, con sus dictadores y revoluciones, emperadores y excéntricos caudillos, héroes independentistas incomparables y eternos mártires, épica que tuvo sus inicios en el año 1492 y que Alejo estudió a fondo para brindarnos esos relatos que beben del inagotable manantial que nos ofrecen, todavía, estas tierras de promisión literaria.

Carpentier nos convoca en sus escritos a un encuentro con la música, la arquitectura y la historia, en una simbiosis de fuertes y ágiles descripciones contentivas de un juego espacio-temporal, en el que los personajes aparentan cruzar de la historia a la ficción y, lo contrario, de lo fantástico a lo real, y el lector les sigue los pasos sin saber, a veces, si lo que lee es historia o es fantasía; además de que su pluma nos arropa con un despliegue de erudición desbordante, producto de su colosal, incomparable, formación cultural.

El escritor tenía una estrecha vinculación con la cultura francesa, la que heredó de su padre, que lo internó a la tierna edad de doce años en el mundo de Balzac, Zola y Flaubert, lo que ha animado a algunos a señalar con broma, que Carpentier era un francés que escribía en castellano. En realidad pudo ser un escritor del idioma francés.

De él, dijo Cabrera Infante: “Sus novelas son aburridos ejercicios de vanguardia, pero sus cuentos son extraordinarios”.

Borges argumentó, tras su muerte: “Nuestro deber es pensar menos en la muerte de Alejo Carpentier y más en la circunstancia de la obra que, en este caso, es perdurable y gloriosa”.

Goytisolo se refirió a él en estos términos: “Carpentier mostró a la muerte sus cartas credenciales en el mejor estilo”.

Es lamentable que su obra, debido sobre todo a la complejidad del lenguaje con que está escrita, barroco, por demás, no sea conocida por muchos lectores, a veces por asiduos lectores, que tal vez lo consideran un escritor de difícil acceso, demasiado culto.

Sugiero que olvidemos a los escépticos y no nos privemos de leer este muestrario de libros esenciales de la narrativa hispanoamericana de esta centuria: El reino de este mundo (1949, situado en Haití); Los pasos perdidos (1953, un internamiento en la selva venezolana); El recurso del método (1974, el dictador ilustrado); El arpa y la sombra (1979, el Almirante caricaturizado); la mencionada El siglo de las luces (1962, se desarrolla en Guadalupe) y Concierto barroco (1974, un juego con el tiempo y el espacio; el escenario es Venecia ).

En nuestra aventura carpentieriana nos vamos a encontrar y a divertir con criaturas como Víctor Hugues, Ti Noel y el manco Mackandal, el Primer Magistrado, Montezuma y Filomeno, también con Christhóforos, y toda la parafernalia que acompaña a estos personajes protagónicos en su extraño accionar.

Podemos afirmar que el hombre, con sus apetencias y debilidades está en el centro mismo de la obra narrativa del novelista, además, la misma comprende el estudio del sincretismo cultural producto de la fusión de seres procedentes de tres continentes.

Disfrutemos a Carpentier y el maravilloso mundo bordado por su estupenda faena creadora:

“Orquestas de gatos mecánicos, conciertos de vasos armónicos, pavos bailadores de forlana, los célebres Mellizos de Malta, y los sinsontes amaestrados que, además de silbar melodías de moda, con el pico ofrecían tarjetas donde estaba escrito el destino de cada cual”.

Tal vez para penetrar en este maravilloso mundo novelesco valdría sólo un humilde consejo: Oscar Wilde afirmó, con el fino humor que le caracterizaba, que un nudo de corbata bien hecho era el primer paso serio en la vida. Pues, para aplicar el sarcástico método del poeta irlandés, propondríamos que acompañarse de un diccionario es el primer paso importante que debe dar el que aspira a diplomarse de lector del prodigioso autor cubano.

(*) Guillermo Piña Contreras

Doce en la literatura dominicana

Colección “ESTUDIOS”

Director: Danilo de los Santos

Universidad Católica Madre y Maestra

Departamento de Publicaciones

Santiago, República Dominicana, 1982

Impresión Amigo del Hogar.

New Jersey, EE. UU.

13 de febrero, 1994.

JOSE LUIS MARMOLEJOS –JOCHY- Y EL EJEMPLO DE LA NOBLEZA SOLIDARIA

JOSE LUIS MARMOLEJOS –JOCHY-

Y EL EJEMPLO DE LA NOBLEZA SOLIDARIA

Por: Manuel Almonte

Artista Plástico

Transcurría una mañana fría, íntima y alegre. Era Domingo, 10 de Enero del presente año 2007. Departíamos con los camaradas de la FR de San Francisco de Macorís en su fiesta tradicional de fin de año que inexplicablemente realizan a principio del siguiente… ¡Vainas de los Francomacorisanos! De pronto, como el destello de una luciérnaga en medio de la oscuridad del campo, irrumpe la adorable camarada Dolly de brazo de un mozalbete al cual nos presenta.

Os confieso que me emociono sobremanera la sinceridad rayana, y a todas luces consciente, que irradiaba este muchacho. A pesar de su talante y vestimenta a la usanza de la juventud de hoy, cosa, desde luego, que no hace al monje, de inmediato se nota la diferencia; soñador, reflexivo, de hablar pausado, sentido de lo que dice, juicioso, sensato, y con una madurez tal que lo sitúa por encima de lo común de la juventud de hoy. Todo lo refleja a simple vista. Me refiero a Jochy, de apodo, y José Luís Marmolejos Hernández, de nombres y apellidos.

Nos comunica que era el resultado, como pintor, de nuestro gran Silvano Lora, el quijote de la plástica dominicana. Esta confesión evidencia la gran humildad, la sinceridad limpia y pura que le adorna.

Es inverosímil toparse con un artista que diga, que admita, con tal diafanidad, las influencias que lo normaron en el proceso de su formación como creador sin pensar que se auto disminuye.

Soy medio olvidadizo, ¡muy olvidadizo!, mejor dicho, y mientras el jovencito me hablaba sobre el por qué emprendió el camino creativo, de sus travesías con Silvano en los contestatarios y celebres capítulos de la Bienal Marginal, de sus sueños compartidos, de sus metas como artista de las plásticas, y sin poder evitarlo, sin importarme el que es irrespetuoso no escuchar al que nos habla, y aprovechando que todavía nadie lee el pensamiento, me eché en brazos de la remembranza; volví a los años 80s a deambular con el maestro comunista para, Brochas y pinceles en manos, ir vistiendo con arco iris de rebeldía y promesas fundamentadas, las paredes desnudas de nuestros desventurados barrios.

Con Silvano al frente, un entusiasta ejército de jóvenes militantes comunistas, marchaba bajo férvido sol a cumplir la orden del día, a pintar el mural del día. Calmábamos la sed tan solo con un coco de agua, mitigamos el hambre con una masita de harina, costumbre adquirida por el maestro en las cárceles de los regimenes por él combatidos. ¡No podía darnos más el insigne maestro!, o no había para más. Es que eran días duros para el ejercicio legal de la política de izquierda. Pero después de todo, nos sabía a gloria aquel manjar de pueblo.

Mientras no concluíamos el mural del día, nadie se marchaba. Es que era incansable el maestro constructor de sueños a golpes de color, pincel, brocha e ideas.

Con el tiempo, esta sería una de las anécdotas preferidas para los camaradas que disfrutamos la extraordinaria oportunidad de beber la sabia de tan ilustre pincel.

Fue una gran experiencia recorrer nuestras calles y callejones al lado de Silvano, plasmando cada rincón de hermosos murales. Tarea, que por si sola, marcaba un hito en la débil historia del muralismo criollo

Además, vino a mi mente el agitado día en que una brigada del PCD, capitaneada por Silvano, se disponía a pintar un mural en las paredes del colegio Don Bosco de la 27 de febrero. Allí tuvimos que emplearnos a fondo; usar toda nuestra artillería pesada para lograr concluirlo en un solo día, pues, al cura párroco Luis Rosario se le ocurrió impedírnoslo tirándonos a la policía. Lo mismo que hicieron los judíos cuando usaron a la soldadesca Romana contra Cristo y sus primeros seguidores. El primer grupo que se llevaron estaba compuesto por Silvano, León Dotel, la dulce e imponente Lucia Guerra y la tierna Minú Tavares Mirabal.

A Silvano, así como a León, lo metieron en solitaria. A Minú y a Lucia las encerraron en el cuartel policial de RTVD.

Aquel día pintó hasta la vigilancia, pues, no podíamos darle el gusto a los aparatos represivos del sistema y a una de sus más eficaces molduras ideológicas, la facilidad de impedir tan solemne tarea.

Luego siguió el segundo equipo capitaneado por el aguerrido Perichito y compuesto por Fernando Corona y otros tantos… también fueron apresados.

Siguió otro grupo, y corrió la misma suerte. Éramos 18 camaradas, más el primer grupo, todos caímos presos, pero no se le dio el plan a los aparatos del terror y a la iglesia. Se termina el mural cuando Manuel Cueva se pone al frente de la última brigada.

Pasamos 15 días encarcelados, precedidos por una cruel travesía que se inicia en el palacio de la policía, el cuartel de la Bolívar y terminando en las ergástulas de la Victoria. Tan solo por ejercer un derecho que supuestamente avalan los principios de la llamada democracia que nos desgobierna.

Vino a mi mente, el día en que pintamos el mural cerca del cuartelito de la Bolívar, el de la calle Jacinto de la Concha. Los actos del conde, de Alfredo Pierre preparando la gigantesca canva para el mural de fondo, Peña armando la tarima, la Morena Teresa, Feliz bregando con el sonido que nunca a servido, el culebro Dotel confiscando la energía eléctrica de cualquier palo de luz, el inefable Lara privando en relacionador publico del maestro, en fin, ¡eran tantas los recuerdos de aquellos tiempos idos que!… bueno, ya dije que era muy olvidadizo, y medio me salí de lo fundamental del tema.

Al igual que su mentor en las plásticas, Jochy es un experimentador con materiales extra pictóricos, de esos que albergan en los zafacones y basureros, en un rincón olvidados de nuestra casa, o de una calle del centro de la ciudad o de un barrio cualquiera. Un fragmento de tela sucia, una vieja aldaba, un pedazo de zinc, un viejo y oxidado tenedor, una cuchara, un plato de porcelana barata, un poco de alambre dulce desgastado por el oxido, servirá para amarre de un manojo de cosas, aparentemente inservibles, que cobran vida, elegancia y carácter en una significativa obra de arte que, en manos de jochy, resplandece con el brillo que le imprime el talento y el vigor de una juventud inquieta, rebelde y luchadora por causas redentoras.

De nuevo Silvano irrumpe a mi memoria: lo veo ahora mismo, cargando hojalatas, pedazos de alambres de púas oxidados, trozos maderas vieja, clavos de zinc, cajas, cartones de colores, tapitas de coca colas… deshechos que la sociedad de consumo, por su estupidez mercurial y desobediente, ya no le ve ningún valor, pero que los ojos del artista, por el contrario, visualizaban de antemano, un resultado diferente como materia prima para su creación, creación que se multiplicaría en muchos Jochy como muestra de que el arte se encuentra, fundamentalmente, en lo más profundo del alma de la gente sensible.

Es por ello, pues, que para nosotros, creadores, seria un crimen el marginarnos de nuestro entorno. Debemos lanzar nuestra red creativa en medio de la gente, cautivarla y aprehenderla cual pez del Jordán, que solo se dejó pescar cuando el Mesías lo quiso para los suyos.

De manera que, de aquel encuentro, surge entre Jochy y nosotros el solemne compromiso de realizar la primera exposición pictórica de un real alumno del maestro comunista en los salones de nuestro local central en Santo Domingo.

Es Jochy, una joven promesa de las plásticas consciente, avalada en la necesidad de sentar las bases creativas de una plásticas nacional, imbuida, no solo por el dominio de la magia del buen pintar, sino, por el compromiso con lo mejor de las bregas por la sociedad que lucho e idealizó el insigne maestro comunista.

Es jochy, a su temprana edad, ejemplo del camino que debe seguir nuestra plásticas, inmersa en un mal sin sentido de una carrera desmedida y humillante que reduce al artista a un mero instrumento de competencia entres colegas que más que hermanos en el arte, parecen gladiadores en lucha por una miserable subsistencia.

Competencia desleal que lo vulnera todo, lo desconsidera todo.

Competencia destructiva, infiel, inhumana, y enajenante para el artista, como individuo y como ente social. Así no se puede, así no se debe.

Así seguiremos siendo un país sin identidad en las artes en general. Pero hay esperanza, surgiendo así un Jochy multiplicado, diciéndole al país que a pesar de esta sociedad injusta y cruel, es posible y necesaria, una respuesta fresca, urgente y contundente de las artes plásticas en particular, y de las artes en general, que como clarinada anuncie el principio de la batalla por un nuevo orden de las artes en nuestro país.

Gracias Jochy, por tan noble esfuerzo de solidaridad con nuestro pintor nacional.

Gracias Jochy por este, el mejor homenaje que se le pueda brindar a nuestro quijote de las plásticas, a nuestro inmenso Silvano Lora.


Esta es la mejor forma en que Silvano querría ser recordado, estamos seguros.

Verano 2007

Obras del artista plástico Manuel Almonte


Danza de los espiritus benditos

Autor: Manuel Almonte

Serie: Utopía

Formato: 30 x 40.

Tecnica: Acrílico - Tinta





Guillermo Sención Villalona

De la creación artística al realismo mágico


Escribir es el verdadero modo de no leer y de vengarse de haber leído tanto.

J. L. Borges


Guillermo Sención Villalona

Quizás por tener la fortuna de haber sido uno de los primeros lectores de Los que falsificaron la firma de Dios, cuando el relato buscaba el cuerpo definitivo con que sería conocido en el mundo literario dominicano, me ha tocado el placer de haberlo leído en otras tres ocasiones, ya que quedé atrapado en su madeja y seguro de que el día en que se hiciera público, sería el día del nacimiento de un texto que removería escombros, que haría descender el vocablo NOVELA hasta llegar al gran público, al pueblo llano, el que está al margen de la producción literaria, de la cual disfruta un número bastante reducido de personas en nuestro medio.
Como es conocido, los resultados tras su publicación fueron estupendos: Viriato Sención es un nombre conocido, la obra ha sido bien conocida; hasta Antonio Bell fue conocido en público. Sí, ese personaje de ficción fue buscado por los lectores con incansable avidez hasta conocerse que existía fuera de las páginas con que nos deleitamos durante nuestra lectura del relato. Fue trasladado a la historia, sacado de la fantasía, acción instintiva tan común en los lectores cuando se enfrentan a la lectura de textos donde tienen lugar hechos históricos muy conocidos.
Quisiera hacer algunas anotaciones acerca de esta primera novela de Viriato, considerando que obedezco a algunos conceptos muy particulares en lo relativo al modo de apreciar la creación literaria, y que opino que la referida novela está de acuerdo con dichos conceptos.
Escribir ficción es ejecutar un arte, supone una creación para la Estética, lo que significa que lo narrado debe producirnos emoción, sacudirnos internamente, esto, al margen de lo que pueda ser una trama, un desenlace, si lo hay, y por último, de la estructura formal que pueda contener lo contado. Gabriel García Márquez define la novela como una transposición poética de la realidad, y acierta; es decir, la novela debe tener integrado el elemento poético en su vientre, si no lo tiene, no logrará atraparnos como lectores. A mí, por ejemplo, me emociona el modo de decir que septiembre dará paso a octubre en la página 19 de la obra. Veamos:

Estaba por culminar septiembre, pero aún el sopor de agosto se evidenciaba en la tristeza de los árboles.

Y más:

En los primeros días de junio, poco antes de las vacaciones, con la cercana presencia de los besos soñados de Laly Pradera, con la recurrente visión de la naturaleza de su pueblo, cuyos ríos se le aparecían ahora más limpios y apacibles, y las montañas más verdes y edénicas, y el laurel de la plaza como un monumento erigido en un jardín de amores, resolvió quitarse de un solo golpe su único motivo de perturbación,... (página 52)

Para culminar así:

Esta es la época en que todo el pueblo parece un jardín, parido de flores y de arco iris; la tierra llena de lluvia buena; y de casitas de lombrices los patios de la madrugada; las muchachas cantando su candidez en la iglesia y en la escuela, y suspirando de amores. (páginas 52-53)

Para citar un ejemplo diré que nunca olvido mi lectura de Las olas, de Virginia Wolf. Muchas veces pensé que estaba frente a un extenso poema; es ésa una novela cargada de imágenes de tanta belleza que nos obliga a ver su trama (por demás interesante) de soslayo; nos interesamos más por la laboriosidad artística con que la eximia novelista elaboró su obra que por las ideas existenciales que nos transmite en la misma. Lo mismo podría decir del extenso monólogo Memorias de Adriano, de Marguerite Yourcenar; es una construcción literaria fabulosa, puede haber moldeado mi apreciación en este tipo de escritura. El quijote coronaría esta reflexión.
Cuando Borges afirma que no recuerda cuál fue el último libro que leyó entero, creo que ofrece su visión acerca de lo que busca con la lectura de una obra literaria, pienso que el sabio escritor nos indica que ha encontrado -o no ha encontrado- lo que él llama su “emoción estética” con las páginas que ha considerado suficientes del volumen leído, aunque desconozca la palabra que pone fin al mismo
Se podría decir que la iniciativa artística empieza en la novela de Viriato con el atrayente y misterioso título que le acompaña; es muy sugestivo, muy acertado.
Después de un nombre tan curioso somos llevados de la mano del narrador a conocer las vejaciones a que es sometido el mozalbete seminarista Bell por el poder despótico de Tirano, con la anuencia de una iglesia católica que se muestra doblegada hasta lo indecible ante ese ser dominante y egocéntrico, pero que también se muestra dictatorial, inquisitorial, en su recinto, como puede leerse en la página 27:

Para ganar tiempo, caminó despacio por el corredor y no tuvo que mirar hacia atrás para darse cuenta de que el padre Sáez lo estaba siguiendo con una pistola en los ojos.

Y en la página 54, valiéndose también el autor de una expresión metafórica:

Siento los pasos del maestrillo Ordóñez; sus pasos gatunos son inconfundibles; los del maestrillo Garmídez son un poco alborotados; pero éstos no; son como un humillo ligero que va penetrando hasta en el sueño de los seminaristas.

Nuestra lectura continúa a través de senderos poblados de una prosa ágil, sin artificios, donde aparecen insertados algunos cuentos, terminando la travesía en el siglo XXI, en las postrimerías de la vida del doctor Ramos, ése que cada día nos da la impresión de que salió de las páginas de la novela a dar un paseo por el parque Mirador para regresar más tarde a internarse en la página 322, y decir:

General, detenga el canto de ese gallo.

En ese final fantasmagórico, la escritura nos remite a las mejores páginas producidas por el “realismo mágico latinoamericano”; nos recuerda al Carpentier de El siglo de las luces y El reino de este mundo, a la celebérrima Cien años de soledad, y al Rulfo de Pedro Páramo.
En fin, en Los que falsificaron la firma de Dios hay una narrativa fluida (donde aparecen vestigios de monólogo interior) de lectura fácil y amena, además de entretenida, con momentos de gran dramatismo, como la muy señalada pelea de gallos; en mi opinión, momento cumbre, el más alto de la novela. Además, se capta un acertado manejo de los personajes, donde el narrador penetra con éxito en los caracteres psicológicos de algunos de ellos:

El doctor Mario Ramos era un hombre para el cual cada instante de su existencia tenía un valor intransferible: acuñaba, meticulosamente, cada partícula de tiempo, cual si fuera un organismo viviente, y alimentaba cada célula, cada eslabón, con el celo de un avaro, con la rigidez de asceta. Con nadie compartía un trato íntimo, por nimio que fuera; y así, iba abovedando las cimientes en el oscuro arcano de una vida que no conocía de rubores, ni de estremecimientos, como un agigantado vegetal hecho roca. Sus actos obedecían, maquinalmente, a un rígido programa, cuyo propósito sólo él conocía.(Página 105)






Santo Domingo, D. N.
20 de noviembre de 1992

Guillermo Sención Villalona

De novelas y personajes: La perla


"Si me pedís un símbolo del mundo en
estos tiempos, vedlo: un ala rota.
Se labra mucho el oro, el alma apenas".

José Martí


Guillermo Sención Villalona

No recuerdo en qué trabajo Vargas Llosa refiere, no cito, que ciertos personajes de ficción lo han seguido en su memoria con más persuasión que otros de la vida real. Me parece que éste no hablaba, ni podía hacerlo, en primera persona.
Es claro que al lector, cualquiera que sea, le ocurre esto. Yo pienso que a partir de Crimen y castigo, el genial Dostoyevsski dejó en mi memoria para toda la vida el nombre de ese personaje psíquico llamado Raskolnikof; así como Gorki, en su Madre, me eternizó al revolucionario Pavel. También Bosch hizo tal con el infortunado Encarnación Mendoza, y no sé por qué Berenice, del cuento homónimo de Edgar Allan Poe, es nombre que me persigue.
Muchos son los personajes que podría citar que dudo mi memoria apague algún día, como la mítica familia Buendía creada por García Márquez, pero hay, además, otras criaturas cuyos nombres pueden escapar a mi mente, pero no el personaje en sí.
Me parece que en esto juega un papel estelar el autor del relato, dado que por lo general los personajes inolvidables pertenecen a narraciones trascendentales.
Es común que cuando me dispongo a leer un libro, tengo de antemano (como hacemos con las proyecciones cinematográficas) por lo menos una ligera idea acerca del autor de la obra seleccionada, o de la misma obra.
Lo susodicho no ocurrió con La perla, a tal punto que hasta soslayé el prólogo, al cual, muy didáctico, le di una hojeada al final.
En esta novela me encontré con un personaje de los que gustan al laureado autor peruano. ¡Coyotito! Nombre raro, personaje inolvidable para mí. Dudo que algún día olvide ese nombre tan singular; y es cosa que no me ha sucedido con nombres de amigos y de cosas inanimadas que pensamos no se olvidan.
John Steinbeck, laureado autor de la novela (Nóbel 1962: esto lo anoto sólo como dato biográfico, porque si un premio puede ser acusado de arbitrario es ése) era tan desconocido para mí, como su novela, la cual no sé debido a qué capricho retiré de la estantería de una librería capitalina. Sin embargo, hoy Steinbeck merece mi mayor admiración como escritor.
De prosa envidiable, su estilo tiene una elegancia que conoce pocos dueños. La fuerza dramática que supo imprimirle este autor a su Perla no da lugar a comparación, es poco habitual. Produce en el lector la intención de querer penetrar en sus páginas y modificar la trama donde se encuentra ligada esa familia impotente, perseguida por la avaricia, por la voracidad ilimitada de los que en ciertas comunidades son los dueños de todo, hasta del aire.
El rastreo de que son víctimas Coyotito y su desafortunada familia es desesperante.
Steinbeck sabe introducirnos lentamente hasta familiarizarnos con las condiciones de vida de un pueblo y las aspiraciones de sus pobladores, aspiraciones que uno de los personajes sabe tienen su límite, debido a la presencia de los señores hechos para frustrar las esperanzas de los desposeídos, para convertirlas en desesperanzas. Son éstos los llamados a tener la riqueza, los predestinados, los monopolistas.
La avaricia es presentada en el relato vestida de gala, se muestra en nuestras conciencias tal como es, exenta de fronteras, de diques.
Sólo porque vivió lo que narra, pudo el autor norteamericano trazar con esa sensibilidad el perfil social de esa gente tan querida por él.
Como dice el prologuista-traductor Francisco Baldiz “conocía de primera mano la materia de que se compone el alma del pueblo, y eso lo convertía en su intérprete autorizado”.





New Jersey, EE. UU.
1994

Algunas consideraciones sobre el desarrollo de una plástica nacional

Algunas consideraciones sobre el desarrollo de una plástica nacional

Por Manuel almonte
Artista plástico

Es necesario el desarrollo de una plástica con fuerte contenido nacional, que pueda ser el sello de garantía de estas generaciones de artistas, ya que no es justo el que “un país de tantos talentos” adolezca de una corriente definida en las artes plásticas, así como en todas las manifestaciones artísticas que se dan en nuestro terruño.

Recordemos que en un principio fuimos “faro de luz hacia todo el continente”.

Tiempo es de unificar criterios y voluntades, trabajar unidos, intercambiar opiniones y experiencias en este quehacer generoso: el más fino y noble de los oficios del hombre.

Por ello es que cualquier gesto o esfuerzo, al respecto tienen importancia capital para el desarrollo de” las Artes Plásticas Dominicana”, ya que, poco a poco, se trilla camino, se da ejemplo con el ejemplo, se le dice a los demás trabajadores de la cultura que su aporte, por simple que parezca, acerca el país a un futuro agradable y grandioso.

Los pueblos no ingresan a la senda del progreso real si primero no se prestan a una práctica pausada y constante de las Bellas Artes, como forma de refinar y pulir su espíritu creador.

Creemos firmemente, que nuestro aporte a tan noble causa es producir una obra artística con seriedad y originalidad, sin engañar al público que nos sigue y que cree en nosotros.

Ser abierto a la crítica sana, sincera y capacitada, es otra parte del asunto a considerar.

Dejar la mezquindad, y entender que el abanico de trabajadores de la cultura es, y tiene que ser amplio.

El Artista, así como toda personalidad pública que tenga un medio, o espacio determinado, debe ayudar a canalizar y difundir toda práctica artística.

Así, se construye el camino para una Plástica Nacional.

De ahí que el artista esté compelido, de cualquier manera, a tener una visión de ese mundo, y actuar en consecuencia.



Diciembre, 1996

Pedro Gabriel Moquete

De Castillo a Pimentel
Por Pedro Gabriel Moquete

De castillo a Pimentel
es muy lindo el panorama,
potreros y verde grama
de lado a lado has de ver.
Un arrollo por doquier
se desliza alegremente
copiando todo el ambiente
con sus aguas cristalinas,
rojas se ven las colinas
de amapola florecientes.

Dice mi compadre Blas,
mi querido y caro amigo,
que todo lo que yo digo
no es más que puro blá, blá;
porque de allá para acá,
dice él en tono sencillo,
cuando mi caballo ensillo
y pico a ver mí adorada,
me gusta más la jornada
de Pimentel a Castillo.










Invierno 2009

Pedro Gabriel Moquete

Remanso de paz
Por Pedro Gabriel Moquete


Tengo mi casa en el llano,
es un bohío de dos aguas
cobijadito de yaguas
con sus paredes de guano.
Aquí aspiro el aire sano
que baja desde la loma,
aquí escucho la paloma
con su tierno susurrar,
y es mi vida un comenzar
cada vez que el sol se asoma.

Tengo un conuco de flores
en lo alto del Ciruelillo
y va más allá de Hatillo
el mar inmenso de olores.
Tengo en mis alrededores
el agua fresca del Jaya,
y la brisa no se calla
ni se cansa de soplar,
mi vida es el verbo estar
y en el presente se haya.

Cuando mi vista se eleva
a lo alto del firmamento
vuela junto al pensamiento
a besar a Quita Espuela.
Por eso a mi me consuela
mi vivir constantemente,
porque no tengo en la mente
lo que un día ha de llegar,
mi vida es el verbo estar,
¡mi futuro es el presente!




Invierno 2009

Alberto Lara

UTOPIA: volver a soñar
Por Alberto Lara

“Todavía creo en la utopía que da sentido a la vida y que,
si bien uno nunca la puede alcanzar, sirve para seguir viviendo.”
Eduardo Galeano


En un de ricas expresiones pictóricas, Manuel Almonte nos introduce al mundo mágico de lo imaginario, como si fuera un sueño. Es decir, que este artista plástico se sitúa al lado de lo utópico, no como un soñador estéril, sino como un creador de sueños realizables.

Por eso, el artista quiso titular esta, su V Exposición individual, como “UTOPIA: Volver a soñar”, donde los seres responsables de tanta riqueza artística como él, regresan a su propia identidad que ha sido desnaturalizada por distintas vías, por diferentes medios, por intrépidos cambios dialécticos de la historia.

El mundo pictórico que Manuel Almonte percibe es el de una ruptura de lo moderno enajenante para plasmar el futuro, pero sin descuidar el rigor estético.

“Volver al pasado”, para construir el presente, es la utopía a retomar para soñar de nuevo, y por ende revalorizar nuestra identidad. Esa expresión manifiesta del artista da color, fuerza, ternura a su obra.

En esta V Exhibición, Manuel Almonte reafirma la esencia de lo autóctono y caribeño, y asume el compromiso de desmitificar cierta forma de penetración alienante, y contribuir con el surgimiento de un arte que sea parte de nuestra identidad nacional.

Cabe destacar en esta nueva producción plástica, “UTOPIA: volver a soñar”, que Manuel Almonte vehiculiza todo ese andamiaje humano, plasmando en el lienzo, todo ese simbolismo expresivo en la que el pintor se convierte en un perseguidor de sueños, reflejo de su formación social, y sobre todo, humana.

El mito, y un colorido mundo de fantasías y sueños, apostura que contiene esta demostración, en la que estos elementos abstractos se unen con lo figurativo, conformando una nueva presentación visual, en la que el artista recrea el pasado para conformar el presente.

Ahí también se inscribe la nueva producción plástica de Manuel Almonte, en lo que: mariposas, caracolas, barquitos de papel, la mar, entre otras, son protagonistas principales. Estos elementos simbólicos se manifiestan como la simbiosis que conjuga una nueva creación pictórica..

Vivimos en una época difícil, pero sin embargo, las obras de este pintor están llenas de energía y de valores que pocas veces son rentables. El autor deja claro que esta V Exposición está orientada hacia las cosas pequeñas como forma de resaltar la grandeza.

Con esta nueva muestra el artista mantiene su lirismo pero con otra visión en su contenido critico que lo distingue de las anteriores exhibiciones.

En síntesis, composición, dibujo y color ambientan armónicamente esta V exposición, dándole un toque de expresividad mágica.

En fin, “UTOPIA: volver a soñar”, significa volver a empezar, ese es el mensaje que Manuel Almonte nos quiere expresar en su más reciente y nueva exposición.

“El tiempo se divide en dos ríos: uno corre hacia atrás, devora lo que vives, el otro va contigo adelante descubriendo tu vida”, decía Neruda.

Esta reflexión, en el presente, en esta hora, en este instante, nos invita a soñar con Manuel Almonte y su magia de colores.







Alberto Lara Abreu
Periodista/crítico de arte

Noviembre, 1994

Maria Violeta Martínez

Bosquejo
Por Maria Violeta Martínez


Manuel Almonte vino al mundo tierra
un día en que el Verde hizo derroche de
matices; las montañas se vistieron de azul
y violetas; amapolas infieles coquetearon
con el anaranjado. Un girasol le dio los
buenos días en amarillo y un ocaso rubí le bautizó.

Y de niño, se hizo joven almacenando
en su retina todo el paisaje tropical.

La ciudad le dijo entonces: ven, y
cuéntame en tus lienzos todo cuanto viste,
y la casa del arte le abrió sus puertas en
1966, permaneciendo cuatro años orientado
por los profesores Manuel Bello Velardi y Adalberto Madera;
fue agradecido y le dio a su escuela oportunidad de que
se le otorgara el Ier. Premio en estos años.

Ya formado, nos brinda su primera expo individual (el año pasado)
en los salones del Circulo Social “Juan XXII”.
Participa también en uno de los concursos de E. León Jiménez.
Y hoy en que el Banco Regional de Sangre se da cita con el arte en su
pequeño salón de conferencias, nos ofrece el regalo de sus cuadros, *-
en donde como artista con recursos envidiables se proyecta en
su medio ambiente y con su estilo particular
plasma todo su sentir para ofrecerlo a su pueblo.

El arte, como la epidermis, nos envuelve; y aunque a veces sufre rasguños,
cicatriza para volver a aflorar mucho mas hermoso.



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*- Esta es la 2da. Individual San Francisco de Macorís
28 de febrero, 1974

Rolando Almonte

Cuando un amigo se va…

Por Rolando Almonte

Se marchó “el Caminante”.

22 años de búsqueda hasta que lo contacte en una ciudad lejana, en un viaje de rutina, a Republica Dominicana, localice su dirección en un barrio inhóspito de Santiago.

Lo encontré:

Postrado en una silla, lo mire a distancia y múltiples interrogantes pasaron por mi cabeza.

Al pronunciar su nombre la interrogante más importante quedó contestada en un fuerte abrazo. Entre sollozos y lágrimas estrujábamos dos rostros que una vez entre abrazos también reíamos; hoy solo lloramos.

Él, con el único brazo con movilidad, me abrazaba con fuerza; mientras con dificultad magullaba entre sus labios las palabras “hermano, hermano coño, camarada hermano, nunca te olvidé, sabia que vendrías.” Luego vino la calma, enjugar las lágrimas, el tragar como tierra hecha polvo la sequedad que dejan las palabras no pronunciadas, tomar algo de aire y los recuerdos…

Su físico estaba estropeado pero su mente estaba lúcida, con cada uno de los nombres, de los que fuimos una vez todo un grupo; quizás lo mejor, lo más puro en el accionar, en una zona que comprendía como centro el Ensanche Quisqueya, Los Praditos y Bella Vista.

Pero ahí estaba “el Caminante”

En el grupo de teatro que operaba en el Liceo “El Millón,” en donde creamos el movimiento estudiantil con el cual se organizó la primera manifestación callejera, tanto en Ensanche Quisqueya como en el Ensanche “El Millón,” integrando a los estudiantes del Colegio Enriquillo.

La gran jornada de recaudación de fondos para adquirir el generador eléctrico para facilitar las clases nocturna en “El Liceo el Millón”

La primera celebración de graduación de la escuela, la más hermosa donde logramos recaudar los fondo suficiente, dos años consecutivo de actividades recaudadoras las cuales nos facilitaron rentar los salones del “Club Los Prados” y el fondo sobrante donado para la graduación del año venidero; no nos marchamos del Liceo sin dejar constituido el comité de graduación y el grupo estudiantil.

Y ahí estaba “el Caminante”

Pintando las siglas del partido en el cual militamos por tantos años,

Distribuyendo el volante o el periódico calle por calle, casa por casa, llamando a la organización para la lucha.

Juntos con Silvano Lora pintábamos los murales políticos como expresión de lucha.

Organizando los comités de lucha popular (CLP) bajo la línea política partidaria, y en cada madrugada los preparativos y sus peligros que conllevaban los paros nacionales.

El desafío a la muerte y a la oligarquía en la huelga de 1985

La creación de “GEIM” (Grupo Estudiantil de Investigación Montañosa) con su hazaña en las empinadas Montañas de la Cordillera Central, inspirando al Dr. Darío Romero Ramos (Director del hospital de Maternidad de San José de las Matas) a escribir su obra “Rescate desde Manaclas” como una forma de fortalecer nuestra unidad para siempre aun en el dolor, en el peligro y “la derrota”

Ahí estaba “el Caminante”

Haciéndome el pastel de mi boda, prestándome su traje de gala, y organizando mi fiesta.

En los paseos a la playa “Boca Chica”

En el rasgueo de guitarra con Luis López, Eladio Restituyo y Augusto López

Las serenatas a las madres del Ensanche Quisqueya todos los años en el día de las Madres

El cocinero era el “Caminante”, cuando de hacer una cena de madrugada en el patio de cualquiera de nuestras casas.

Se marchó “El Caminante”

¿Cuántos de nosotros lo acompañaron en su última batalla?

No lo se, pero sus lagrimas y la fuerza de su único brazo hábil, me decían que estaba solo, solo con sus sueños, solo después de pasarse la ¾ parte de su existencia espiando la felicidad, solo revisando sus sueños, cual comerciante revisa sus facturas, solo sin sonrisa envuelto en un torbellino de recuerdo y una mirada lejana…

Se marchó “El Caminante”

El pasar del tiempo, los anhelos, sueños y aventuras nos distancian, mas no nos dividen, estamos unidos por un pasado dorado que nos ayudo a definirnos, porque se quiera o no, lo que fuimos esta íntimamente ligado a lo que somos; por tanto, en alguna parte de nuestro ser, intrínsicamente está con nosotros “El Caminante.”

Se marchó “El Caminante”

Quedan libres las palabras como sábanas blancas con la cual podemos abrigarnos, o como el papel donde plasmamos lo que queremos, y si no nos gusta lo tiramos de costados.

Quedan libres las palabras de aquellos que ayer de su aliento se hizo dueño el despectivo, al ver nuestro aporte a la construcción de nuestra historia.

Quedan libres las palabras, para decir de aquel, si más te vale lo inconfeso, o por el contrario nombrar sus manos con sus dedos hechos surcos para la siembra.

Quedan libres las palabras, y si a mi me corresponde hacer uso de ella, escribiré con sencillez su nombre: Agustín Peralta, amigo de siempre.

En nombre de nuestros recuerdos, valga nuestra pura Amistad.

Aunque distantes, juntos Siempre.

Luis López

Orlando Almonte

Carlos Florentino

Augusto López

Mari Popa

Miledy Florentino

Agustín Languasco

Janet Pozo

Teresa Guzmán

Eladio Restituyo

Teresita

Camilo

Ramón

Abrazo

Siempre: Orlando.

New York

7/23/09

Guillermo Sención Villalona

Jean Paul Sartre (1905-1980)

Por: Guillermo Sención Villalona

Sartre es una de las figuras más luminosas que ha producido el mundo intelectual en este siglo. Sartre pertenece a una elite. Fue un genio.

Este gran francés fue polígrafo; como tal, escribió textos filosóficos, teatro, novelas, ensayos políticos, critica literaria y sobre estética; además, hasta compuso canciones populares.

Hizo vida política, y en ese terreno se mostró como el típico intelectual comprometido con su tiempo. Tuvo participación en los acontecimientos ocurridos en Francia tras el levantamiento estudiantil de 1968 – movimiento que calificó de una verdadera revolución-, y en una ocasión en que el gobierno Francés prohibió la difusión de un periódico de contenido radical, el mismo salio a las calles parisinas a ofertarlo.

Sartre propuso que antes que una Dialéctica de la naturaleza (obra de F. Engels) debía hacerse una dialéctica de la antropología.

Su filosofía existencialista (término acuñado por él) la resumió de la siguiente manera: “Un existencialista es quien considera que la existencia precede a la esencia”.

Ser existencialista no le impidió decir que el marxismo es la filosofía invencible del siglo XX; además, trato de conjugar ambos pensamientos, tarea compleja, ya que su filosofía contiene elementos irracionales- tomemos en cuenta que arrastra las ideas de Nietzsche y Kierkegaard, este ultimo un conservador aceptado como fundador del existencialismo- y el marxismo abrazó la ciencia desde su génesis.

Sartre visitó Cuba tras la Revolución y visito Republica Dominicana acompañado de la gran escritora feminista Simona De Beauvoir, su compañera por mucho tiempo. La Academia Sueca le concedió el premio Nóbel de Literatura en el año 1964, pero ha permanecido como el único autor que ha rechazado ese galardón, arguyendo que si era beneficiado con el Lenin también lo rehusaba, además, consideró que aceptar un premio comprometía su integridad como escritor.



New Jersey

1994
Versión para reproducción

Rolando Almonte

Motivación

Por Rolando Almonte

El manchar la impaciente tela que espera me sitúa en la postura del mensajero que expande el conocer de lo ignorado o lo desconocido; lo ignorado, por los que fecundan la ceguera; lo desconocido por los que la luz del día no les ha llegado.

Con responsabilidad neta, señalo pincelada tras pincelada lo elevado de la vida, su belleza, su compromiso, para que en la andanza se rebase nuestra propia sombra alcanzando la luz como objetivo común de un nuevo amanecer.

Cuán grande sería el día en que, a ti mujer, te vean con ojos reales y deseosos, o te escuchen con oídos y no con simples huecos.

La vida tomará matices diferentes, dando al caminante rumbos ciertos para cumplir paso a paso el compromiso de nuestra existencia.

Quien no entienda cuan importante es el compromiso de nuestra existencia, desconoce el norte hacia el porvenir.

Tu, mujer, cuando te esfuerza por hacer parir la tierra, por educar, unificar, trabajar, te sitúas en el pedestal que no han podidos alcanzar los que con gloria pírrica se pasean hollando el camino de obscuro lodo escaseando la luz del sol.

Verte como eres.
Verte mujer.
Evoca un reto, como cualquier búsqueda.
No más grande o más pequeño que el que evoco a través de manchas y formas.

Pues, a través del color evoco tu pureza, tu sensibilidad, tu firmeza en la verticalidad, tu apertura en la horizontalidad con mezcla de realismo y surrealismo llamo al accionar.

Con el realismo como punto de partida, con el surrealismo invito al observador a levantarse.
Haciéndose partícipe de cada elemento descifrado con la intención de que forme parte de la gran búsqueda hacia el nuevo amanecer.



1994

Desiderata

Desiderata

Por Max Ehrmann

Camina plácido entre el ruido y la prisa y piensa en la paz que se puede encontrar en el silencio.

En cuanto te sea posible y sin rendirte, mantén buenas relaciones con todas las personas.

Enuncia tu verdad de una manera serena y clara; y escucha a los demás, incluso al torpe e ignorante; también ellos tienen su propia historia.

Esquiva a las personas agresivas y ruidosas, pues son un fastidio para el espíritu.

Si te comparas con los demás, te volverás vano y amargado, pues siempre habrá personas más grandes y más pequeñas que tú.

Disfruta de tus éxitos lo mismo que de tus planes. Mantén el interés en tu propia carrera, por humilde que sea, ella es un verdadero tesoro en el fortuito cambiar del tiempo.

Se cauto en los negocios, el mundo esta lleno de engaños; mas no dejes que esto te deje ciego para la virtud que existe.

Hay muchas personas que se esfuerzan por alcanzar nobles ideales, y por doquier la vida esta llena de heroísmo.

Se sincero contigo mismo, en especial, no finjas el afecto; tampoco seas cínico en cuanto al amor; pues en medio de todas las arideces y desengaños, es perenne como la hierba.

Acata dócilmente el consejo de los años, y abandona con donaire las cosas de la juventud.

Cultiva la firmeza del espíritu para que te proteja en las adversidades repentinas, pero no te aflija imaginando fantasmas. Muchos temores nacen de la fatiga y la soledad.

Sobre una sana disciplina, se benigno contigo mismo. Tú eres una criatura del universo, no menos que los árboles y las estrellas; tienes derecho a existir. Y sea que te resulte claro o no, indudablemente el universo marcha como debiera.

Por eso debes estar en paz con Dios, cualquiera que sea tu idea de El, y sean cualesquiera tus trabajos y aspiraciones.

Conserva la paz con tu alma en la bulliciosa confusión de la vida. Aún con toda su farsa, penalidades y sueños fallidos, el mundo es todavía hermoso.

Se alegre!!

Esfuérzate por ser feliz!!

Nota:

Se cree, erróneamente, que este hermoso poema fue escrito en 1692 y que fue encontrado en un templo en La Vieja Iglesia de St. Paul en Baltimore, USA. En verdad fue escrito en los primeros años de la década de 1920 por Max Ehrmann (1872-1945) norteamericano.

"Desiderata" (Amor a la verdad) fue registrado por su autor el 3 de enero de 1927