miércoles, 14 de octubre de 2009

Rolando Almonte

Cuando un amigo se va…

Por Rolando Almonte

Se marchó “el Caminante”.

22 años de búsqueda hasta que lo contacte en una ciudad lejana, en un viaje de rutina, a Republica Dominicana, localice su dirección en un barrio inhóspito de Santiago.

Lo encontré:

Postrado en una silla, lo mire a distancia y múltiples interrogantes pasaron por mi cabeza.

Al pronunciar su nombre la interrogante más importante quedó contestada en un fuerte abrazo. Entre sollozos y lágrimas estrujábamos dos rostros que una vez entre abrazos también reíamos; hoy solo lloramos.

Él, con el único brazo con movilidad, me abrazaba con fuerza; mientras con dificultad magullaba entre sus labios las palabras “hermano, hermano coño, camarada hermano, nunca te olvidé, sabia que vendrías.” Luego vino la calma, enjugar las lágrimas, el tragar como tierra hecha polvo la sequedad que dejan las palabras no pronunciadas, tomar algo de aire y los recuerdos…

Su físico estaba estropeado pero su mente estaba lúcida, con cada uno de los nombres, de los que fuimos una vez todo un grupo; quizás lo mejor, lo más puro en el accionar, en una zona que comprendía como centro el Ensanche Quisqueya, Los Praditos y Bella Vista.

Pero ahí estaba “el Caminante”

En el grupo de teatro que operaba en el Liceo “El Millón,” en donde creamos el movimiento estudiantil con el cual se organizó la primera manifestación callejera, tanto en Ensanche Quisqueya como en el Ensanche “El Millón,” integrando a los estudiantes del Colegio Enriquillo.

La gran jornada de recaudación de fondos para adquirir el generador eléctrico para facilitar las clases nocturna en “El Liceo el Millón”

La primera celebración de graduación de la escuela, la más hermosa donde logramos recaudar los fondo suficiente, dos años consecutivo de actividades recaudadoras las cuales nos facilitaron rentar los salones del “Club Los Prados” y el fondo sobrante donado para la graduación del año venidero; no nos marchamos del Liceo sin dejar constituido el comité de graduación y el grupo estudiantil.

Y ahí estaba “el Caminante”

Pintando las siglas del partido en el cual militamos por tantos años,

Distribuyendo el volante o el periódico calle por calle, casa por casa, llamando a la organización para la lucha.

Juntos con Silvano Lora pintábamos los murales políticos como expresión de lucha.

Organizando los comités de lucha popular (CLP) bajo la línea política partidaria, y en cada madrugada los preparativos y sus peligros que conllevaban los paros nacionales.

El desafío a la muerte y a la oligarquía en la huelga de 1985

La creación de “GEIM” (Grupo Estudiantil de Investigación Montañosa) con su hazaña en las empinadas Montañas de la Cordillera Central, inspirando al Dr. Darío Romero Ramos (Director del hospital de Maternidad de San José de las Matas) a escribir su obra “Rescate desde Manaclas” como una forma de fortalecer nuestra unidad para siempre aun en el dolor, en el peligro y “la derrota”

Ahí estaba “el Caminante”

Haciéndome el pastel de mi boda, prestándome su traje de gala, y organizando mi fiesta.

En los paseos a la playa “Boca Chica”

En el rasgueo de guitarra con Luis López, Eladio Restituyo y Augusto López

Las serenatas a las madres del Ensanche Quisqueya todos los años en el día de las Madres

El cocinero era el “Caminante”, cuando de hacer una cena de madrugada en el patio de cualquiera de nuestras casas.

Se marchó “El Caminante”

¿Cuántos de nosotros lo acompañaron en su última batalla?

No lo se, pero sus lagrimas y la fuerza de su único brazo hábil, me decían que estaba solo, solo con sus sueños, solo después de pasarse la ¾ parte de su existencia espiando la felicidad, solo revisando sus sueños, cual comerciante revisa sus facturas, solo sin sonrisa envuelto en un torbellino de recuerdo y una mirada lejana…

Se marchó “El Caminante”

El pasar del tiempo, los anhelos, sueños y aventuras nos distancian, mas no nos dividen, estamos unidos por un pasado dorado que nos ayudo a definirnos, porque se quiera o no, lo que fuimos esta íntimamente ligado a lo que somos; por tanto, en alguna parte de nuestro ser, intrínsicamente está con nosotros “El Caminante.”

Se marchó “El Caminante”

Quedan libres las palabras como sábanas blancas con la cual podemos abrigarnos, o como el papel donde plasmamos lo que queremos, y si no nos gusta lo tiramos de costados.

Quedan libres las palabras de aquellos que ayer de su aliento se hizo dueño el despectivo, al ver nuestro aporte a la construcción de nuestra historia.

Quedan libres las palabras, para decir de aquel, si más te vale lo inconfeso, o por el contrario nombrar sus manos con sus dedos hechos surcos para la siembra.

Quedan libres las palabras, y si a mi me corresponde hacer uso de ella, escribiré con sencillez su nombre: Agustín Peralta, amigo de siempre.

En nombre de nuestros recuerdos, valga nuestra pura Amistad.

Aunque distantes, juntos Siempre.

Luis López

Orlando Almonte

Carlos Florentino

Augusto López

Mari Popa

Miledy Florentino

Agustín Languasco

Janet Pozo

Teresa Guzmán

Eladio Restituyo

Teresita

Camilo

Ramón

Abrazo

Siempre: Orlando.

New York

7/23/09

No hay comentarios:

Publicar un comentario