miércoles, 14 de octubre de 2009

Rolando Almonte

Motivación

Por Rolando Almonte

El manchar la impaciente tela que espera me sitúa en la postura del mensajero que expande el conocer de lo ignorado o lo desconocido; lo ignorado, por los que fecundan la ceguera; lo desconocido por los que la luz del día no les ha llegado.

Con responsabilidad neta, señalo pincelada tras pincelada lo elevado de la vida, su belleza, su compromiso, para que en la andanza se rebase nuestra propia sombra alcanzando la luz como objetivo común de un nuevo amanecer.

Cuán grande sería el día en que, a ti mujer, te vean con ojos reales y deseosos, o te escuchen con oídos y no con simples huecos.

La vida tomará matices diferentes, dando al caminante rumbos ciertos para cumplir paso a paso el compromiso de nuestra existencia.

Quien no entienda cuan importante es el compromiso de nuestra existencia, desconoce el norte hacia el porvenir.

Tu, mujer, cuando te esfuerza por hacer parir la tierra, por educar, unificar, trabajar, te sitúas en el pedestal que no han podidos alcanzar los que con gloria pírrica se pasean hollando el camino de obscuro lodo escaseando la luz del sol.

Verte como eres.
Verte mujer.
Evoca un reto, como cualquier búsqueda.
No más grande o más pequeño que el que evoco a través de manchas y formas.

Pues, a través del color evoco tu pureza, tu sensibilidad, tu firmeza en la verticalidad, tu apertura en la horizontalidad con mezcla de realismo y surrealismo llamo al accionar.

Con el realismo como punto de partida, con el surrealismo invito al observador a levantarse.
Haciéndose partícipe de cada elemento descifrado con la intención de que forme parte de la gran búsqueda hacia el nuevo amanecer.



1994

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